En casa nos gusta todo aquello que tenga que ver con la ecología y con el consumo responsable, así que el pasado 29 de diciembre fuimos a una exposición (llamada
"RECICLAJE: UNA VIEJA HISTORIA DE UNA PALABRA JOVEN") que se encuentra en el Museo de Artes Decorativas.
Esta exposición nos muestra el reciclaje a lo largo de la historia. Nos enseña la manera de conservar, reciclar y reutilizar cosas.
Lo hace a través de objetos antiguos y modernos: unas chapas de botella que se utilizan para jugar a las chapas; un rollo de papel higiénico que se convierte en un portalápices; el bordado de una prenda que se utiliza para hacer una prenda nueva, etc.
Pero lo que más nos gusto y llamó nuestra atención fue un retrato que Goya pintó a la Condesa de Chinchón y que se muestra radiografiado. En el se encuentran otras dos caras que el pintor había pintado previamente. Uno de los retratados es Manuel Godoy (marido de la condesa de Chinchón) y el otro es José Álvarez de Toledo y Gonzaga (marqués de Villafranca).
Parece ser que los pintores también reutilizaban los lienzos para ahorrar materiales. Por tanto Goya ya era un ecologista.
Nuestra curiosidad ha ido creciendo mientras investigábamos, así es que el pasado 2 de Enero, para estrenar el año hemos decidido asistir al
Museo Lázaro Galdiano, que tiene dos salas dedicadas a Goya y a sus contemporáneos. Ya sabéis, contemporáneos significa que vivieron en la misma época.
En este museo se muestra la colección que Lázaro Galdiano compró a lo largo de su vida. Goya era uno de los pintores favoritos de Galdiano por su forma tan peculiar de pintar. Tanto le gustaba que Lázaro Galdiano pidió a un pintor llamado Lucas Villamil que pintase un cuadro en el techo y que en el cuadro apareciese Goya. Este cuadro puede verse en el techo de una de las salas del museo.
Lázaro Galdiano compro y reunió todos los cuadros de Goya que pudo. Consiguió para su colección dos de los seis que los duques de Osuna le encargaron para decorar la entrada de su casa (en El Capricho). Uno de ellos es "El Aquelarre "y el otro se llama "Las brujas".
Así que finalmente hemos vuelto a donde habíamos empezado: a nuestro barrio de Barajas con su jardín de El Capricho, sus duques de Osuna y sus misterios.